JULIETA: RECUPERANDO A ALMODOVAR

"Un drama muy seco". Así es como el propio Almodóvar ha definido su última película. El film cuenta la historia de Julieta (Emma Suarez y Adriana Ugarte) a lo largo de 30 años. Julieta en su juventud conoce por azar a Xoan (Daniel Grao), se enamora, y tiene una hija con él. Años después Julieta perderá la relación con su hija.
Es esta una película muy reconocible como de Almodóvar (relación madre-hija, instalada en el mundo femenino, llena de símbolos...), pero a la vez es diferente por su contención emocional, su falta de notas cómicas y su mayor realismo argumental. El guión plantea situaciones mucho menos rocambolescas de lo acostumbrado en él, y pese a lo dramático de la historia, la protagonista vive la situación en soledad y sin desgarrarse las vestiduras, sin expresarla hacia afuera.
En la película se trata el tema de la pérdida, pero sobre todo se concentra en explorar la culpa. La pérdida sin culpa es menos pérdida. 
Con respecto a los actores, la tarea más difícil era encontrar a dos actrices de diferentes edades que pudieran encarnar el mismo personaje. Por las características de la película, se acepta con mucha permisividad que no tengan que parecerse en exceso, pero sí debían poder comunicar una energía similar, y ese objetivo, está cubierto. Emma Suárez transmite la vulnerabilidad que requiere el personaje, sin embargo, a Adriana Ugarte le falta aún fuerza interpretativa y registros. Como consecuencia a la Julieta joven le falta personalidad. Ambas expresan el dolor menos de lo necesario, es como si estuvieran en shock, pero un shock que dura demasiado por lo que resulta poco natural. 
La estética, siendo la propia de Almodóvar, es más elegante que otras veces, sin ninguna estridencia, en línea con el tono general. Hay muchos planos preciosos como el comienzo de la película, esa tela roja sangre en movimiento, o los planos de las escenas de cama de Ugarte y Grao. Y sin duda, está logradísimo el plano donde después de ver a cada actriz en la etapa joven y la madura, vemos en la misma escena como Ugarte da paso a Suárez para ilustrar a esa Julieta envejecida más por los acontecimientos que por el paso de tiempo (el plano que da pie al cartel de la película).
El reproche que podemos hacerle a Almodóvar es su menor transmisión de emoción, algo que viene muy marcado por su forma de dirigir a los actores. Ya en "La piel que habito" marcó la actuación de Banderas en esa línea, aunque ahí tenía sentido por como era el personaje. Esta dirección más que generar "drama seco", crea un distanciamiento con los personajes. De todas formas, aunque Julieta no es "Volver", tiene interés. (Valoración: 7 sobre 10).


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