LA ULTIMA LECCION: INTRIGA Y SOCIOLOGIA
El director francés Sebastian Marnier ("Irreprochable") dirige este thriller psicológico cuyo guión del mismo Marnier y Elise Griffon, se basa en una novela de Christophe Dufosse. Pierre (Laurent Lafitte) es profesor y entra en un prestigioso instituto para sustituir a un profesor que ha fallecido. Le toca una clase de chavales de alto coeficiente intelectual.
El profesor, no intoxicado por la presión de poner la atención estrictamente en lo académico, se enfrenta a un grupo de 6 chicos y chicas que se miden con él, que le desprecian y que tienen una fortaleza intelectual potente. Se trata de una historia desasosegante sobre la adolescencia actual y su preocupación por el futuro. Se puede catalogar de thriller, pero realmente tiene mucho más de estudio sociológico, punto que la hace muy interesante.
Una historia donde la intriga y la tensión llevan una buena curva, donde siempre prima lo psicológico y se descubre con cuenta gotas lo que los chavales se traen entre manos. Se genera muy bien la atmósfera, cada vez se siente una mayor sensación de catástrofe, de que algo terrible va a pasar. Se cuenta bien como el profesor se va obsesionando con entender los comportamientos de los chicos, a los que se suman otros elementos que le turban y alteran su estado de ánimo. La historia se va estrechando de forma que llegado un punto prácticamente estamos solo con el profesor y los chicos. Los jóvenes, las dinámicas que tienen entre ellos, sus actitudes, están muy bien construidas. Asistir a niños o adolescentes con mentes intoxicadas es siempre turbador (“ En la casa”, "Tenemos que hablar de Kevin"). El final es relativamente abierto y muy coherente con el tema a reflexionar que propone la historia.
Una película perturbadora que nos hace pensar en temas relevantes: la educación, los adolescentes, sus valores, donde lo que más miedo da es la triste verosimilitud de la historia. Otro de los atractivos del film es Laurent Lafitte ("Elle", "Nos vemos allá arriba"), un buen actor que llena la pantalla. (Valoración: 7 sobre 10).
El profesor, no intoxicado por la presión de poner la atención estrictamente en lo académico, se enfrenta a un grupo de 6 chicos y chicas que se miden con él, que le desprecian y que tienen una fortaleza intelectual potente. Se trata de una historia desasosegante sobre la adolescencia actual y su preocupación por el futuro. Se puede catalogar de thriller, pero realmente tiene mucho más de estudio sociológico, punto que la hace muy interesante.
Una historia donde la intriga y la tensión llevan una buena curva, donde siempre prima lo psicológico y se descubre con cuenta gotas lo que los chavales se traen entre manos. Se genera muy bien la atmósfera, cada vez se siente una mayor sensación de catástrofe, de que algo terrible va a pasar. Se cuenta bien como el profesor se va obsesionando con entender los comportamientos de los chicos, a los que se suman otros elementos que le turban y alteran su estado de ánimo. La historia se va estrechando de forma que llegado un punto prácticamente estamos solo con el profesor y los chicos. Los jóvenes, las dinámicas que tienen entre ellos, sus actitudes, están muy bien construidas. Asistir a niños o adolescentes con mentes intoxicadas es siempre turbador (“ En la casa”, "Tenemos que hablar de Kevin"). El final es relativamente abierto y muy coherente con el tema a reflexionar que propone la historia.
Una película perturbadora que nos hace pensar en temas relevantes: la educación, los adolescentes, sus valores, donde lo que más miedo da es la triste verosimilitud de la historia. Otro de los atractivos del film es Laurent Lafitte ("Elle", "Nos vemos allá arriba"), un buen actor que llena la pantalla. (Valoración: 7 sobre 10).
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