MONOS: DESASOSEGANTE
El director y guionista brasileño Alejandro Landes ("Porfirio") firma el guión y dirige este film premiado en festivales como San Sebastián 2019 o Sundance. Un grupo de chicos y chicas soldado viven en medio de la selva de un país centro Americano. Su jefe les visita y controla con regularidad y les deja a cargo de una extranjera que han secuestrado.
La sensación que impera cuando ves esta película es de incomodidad, de incertidumbre. La narración perturba. Sólo entiendes parte de lo que ves, el director es "tacaño" con la información, muy hábil proporcionando retazos. Todos los elementos trabajan en este sentido: el tipo de encuadres, la forma de presentar a los personajes, cómo se comunican los chavales, la banda sonora... todo crea una atmósfera que inquieta. Es una historia sobre la dinámica grupal y la gestión del poder entre un puñado de chicos y chicas guerreros que podrían ser de las Farc. Habitan con cierta independencia en medio de una selva tan bella como amenazante. El comportamiento del grupo desconcierta, tienen disciplina militar a diario, pero también momentos totalmente adolescentes.
Una situación límite donde no solo hay supervivencia, hay ataque para defender territorio, hay hembra que se empareja con líder, hay castigo ejemplificante. Conductas que en ese exuberante y hostil entorno natural nos acercan dolorosamente a las dinámicas y comportamientos tribales. Los actores, que en su mayoría debutan en la interpretación, son creíbles y sus físicos son la base de sus rasgos de personalidad.
No es una película cómoda, ni tampoco lo es el final. Un estudio sociológico sobre los instintos más básicos, que choca y trastoca al espectador rodada por un director más que interesante. (Valoración: 7.5 sobre 10).
Una situación límite donde no solo hay supervivencia, hay ataque para defender territorio, hay hembra que se empareja con líder, hay castigo ejemplificante. Conductas que en ese exuberante y hostil entorno natural nos acercan dolorosamente a las dinámicas y comportamientos tribales. Los actores, que en su mayoría debutan en la interpretación, son creíbles y sus físicos son la base de sus rasgos de personalidad.
No es una película cómoda, ni tampoco lo es el final. Un estudio sociológico sobre los instintos más básicos, que choca y trastoca al espectador rodada por un director más que interesante. (Valoración: 7.5 sobre 10).
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